
Siéntete afortunado de tenerla a ella.
A la mujer que ama, que llora y que ríe sin razones.
A la mujer que a pesar de que su corazón ha tenido tantas grietas y una que otra decepción profunda sigue de pie, intentando amarte como nadie más lo ha hecho.
A la mujer que canta por el simple hecho de que está feliz de vivir su vida y de compartirla contigo.
A la mujer que no te llama por tu nombre, que en vez de eso te llama por el nombre del amor.
A la mujer que cree en ti, aunque ella no crea en nadie.
Siéntete afortuado de tenerla a ella.
A la mujer que te abraza con el cuerpo y con el alma.
A la mujer que te mira con esos ojos que hablan sin palabras.; con esos ojos donde antes inundaba sus pasillos la tristeza; esos ojos con mirada que no engaña; esos ojos que te aceptan tal cual eres.
A la mujer que te admira por lo que haces; la que te admira por lo que piensas; la que te deja seguir tus ideales, la que todo el tiempo te espera.
A la mujer que conoces de a poco y sin medida; a la que amas centímetro a centímetro.
A la mujer que confía en ti, aunque ella no confíe en nadie.
Siéntete afortunado de tenerla a ella.
A la mujer por la que puedes sentir el calor de su cuerpo cuando se acurruca en tu pecho, de poder besarle sin miedo.
A la mujer por la que puedes dar la vida y sabrás que te estará agradecida.
A la mujer que ha perdido el miedo de volar por tus cielos sin tener esa venda que la ataba a su pasado.
A la mujer que ama con el alma entera aunque se la entreguen a pedazos.
A la mujer que piensa en ti, aunque ella no piense en nadie.
Siéntete afortunado de tenerla a ella.
A la mujer que sonríe cuando sus lágrimas brotan.
A la mujer que no la enamoran lujos o músculos, que la enamoran las palabras y los hechos.
Que sabe lo que vale y lo que se merece aunque le ha costado trabajo el aprender lo que su razón no comprende.
Que da de sí hasta que su corazón entiende, que no todo en esta vida es amor y que también del dolor se aprende.
A la mujer que en tu honestidad ha encontrado, más que razones para quedarse.
A la mujer que a tu lado ha encontrado, más que razones para entregarse.
A la mujer que te espera, aunque ella no espere a nadie.
Siéntete afortunado de tenerla a ella.
A la mujer que escribe, que lee.
A la mujer que expresa y no le da miedo decir que te quiere; decir que te necesita y que te extraña.
Que no le da miedo decirte lo que le disgusta; lo que le mata.
Que no le asusta la idea de que estés lejos porque cree en lo eterno.
A la mujer que con los años ha aprendido a hablar de lo que piensa y a olvidar lo que le duele.
A la mujer que encontraste sin quererlo, entre el montón de gente.
A la mujer que te ama a ti, aunque a ella nunca la hayan amado antes.
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